Primero fue elegir un color para la cara, se eligieron los colores amarillo y naranja en la gran mayoría. Es increíble lo cuidadosos que fueron nuestros niños y niñas al colorear sus acuarelas, después llegó la hora de elegir un color para el pelo y el trozo de camiseta que se veía, la consigna era que tenía que ser un color que resaltara y se eligió entre el rojo, verde o azul. Una vez que se completó la cara teníamos que buscar un color para el fondo de nuestro cuadro que tenía que contrastar con los otros dos.
Llegó la hora de montarlos en un papel continuo para formar nuestro mural. Era importante no poner juntos dos cuadros que tuvieran los mismos colores así que empezamos a hacer nuestras pruebas. Al final le pusimos un título. ¿Adivináis cuál?
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